Hace
a penas unas horas este texto habría sido muy diferente. Digamos que mi llegada a París ha sido algo
accidentada, aunque he decidido tomármelo con humor. Primero LOT Airlines me
pierde la maleta, me tiene más de 24h sumido en la angustia de pensar no
solamente en que iba a pasar una semana en París sin ropa, sino que toda mi
ropa iba en esa maleta y el invierno polaco me espera en unos días.
Afortunadamente cuando he llegado a FIAT Jean Monet, edificio dónde CaféBabel
nos aloja durante los días que dura el workshop, la maleta estaba esperándome.
A
las 5:30 de la tarde he entrado a la habitación con la intención de darme una
ducha rápida para despejarme y estar a las 6 en recepción para el meeting
inicial. Pero cuál ha sido mi sorpresa cuándo al intentar salir del baño la
puerta no se abría. Tal cual. Me he dado gracias a mi mismo por no padecer de
claustrofobia y después he empezado a aporrear la puerta durante más de media
hora hasta que finalmente un alma caritativa se ha decidido a bajar a recepción
para decir que alguien en la habitación 615 necesitaba ayuda.
A
partir de ahí todo ha ido sobre ruedas. Más de 30 periodistas de diferentes nacionalidades
reunidos en París para hablar de lo que nos gusta. ¿Podría ser mejor? Esta
experiencia acaba de empezar y ya tengo la sensación de que va a ser única en
mi vida (aunque deseo que sólo sea la primera de muchas). Tener la posibilidad
de estar en contacto con gente con gustos e ideas iguales a las mías, poder
discutir sobre temas que a todos nos interesan, compartir ideas, recibir
consejos, ampliar conocimientos, romper fronteras… SPEAK UP!
“Hoy
llevo a Polonia por bandera, a España en el corazón y a Europa en la mente”.
Así es como resumiría mi estado vital actual, y en base a ello me vendo como
persona. Vivir en Polonia me está dando mucho, y hoy he sabido que esa ha sido
una de los principales razones por las que me han seleccionado para participar
en el workshop (soy el español de Polonia). A día de hoy no imagino mi vida sin
la influencia de ese país y de Europa del Este en general. Ha llegado un punto
en que siento cierto patriotismo polaco, incluso más del que jamás llegaré a
sentir por España a pesar del cariño que le tengo.
Y si
hay algo que me ha dado aún más, eso es el inglés. Nunca había sentido su
usabilidad tan fuerte como la he sentido hoy. Que un grupo de personas de
países tan variopintos podamos estar charlando de mil cosas en una misma lengua
me parece tan increíble. Aquellos que en el pasado se esforzaron en buscar en
el esperanto la unión de lenguas estarían orgullosos al ver cómo hoy en día el
inglés se extiende a pasos agigantados.
Ya
he tenido la posibilidad de hablar con los principales redactores de Café Babel
que hay por toda Europa y estoy sufriendo un cierto enganche a ello. No tenía
una idea muy clara de en qué consistía Café Babel, aunque ahora sé que se trata
de una red de voluntarios que se sirven de ayudas europeas para sacar adelante
iniciativas como esta y dar con ello un impulso al periodismo participativo y a
la interacción entre personas de diferentes países europeos.
Os
iré contando cómo se desarrollan los talleres en cuanto empecemos.
Au revoir.
muy interesante el post, enhorabuena
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