Cada día que paso viajando me entran más ganas de seguir haciéndolo. Me encantaría coger una mochila y pasarme un par de años recorriendo mundo, de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, de país en país... visitando esos rincones que no aparecen ni en los mapas. No obstante mis planes de futuro no me perdonarían dos años de ausencia por lo que por ahora me conformaré con este maravilloso año Erasmus recorriendo Europa entera y con los próximo viajes esporádicos que vaya sacando de la manga.
Letonia es un país un tanto curioso. Siempre imaginé que Estonia, Letonia y Lituania eran muy parecidos, aunque sólo fuese por la rima de sus nombres. Pero, sin embargo, las diferencias son enormes lingüísticamente, históricamente y económicamente hablando. En Letonia viven en torno a 2 millones de personas de las cuáles sólo el 60% de la población son letones. El luteranismo es la principal religión del país debido a la influencia de Suecia durante su ocupación en el pasado, aunque la fuerte presencia de población rusa y su actual influencia en el país hace que la iglesia ortodoxa tenga también un importante número de fieles. De todas formas, la religión está en un segundo plano, las iglesias sólo se llenan en fechas señaladas y ya hace años que la asignatura de religión desapareció del currículum académico de los colegios.