jueves, 10 de julio de 2014

Argentina llegó a la final


País de fanatismos y románticos, en el que el fútbol es la religión imperante, Argentina enmudeció ayer tarde durante más de dos horas hasta que finalmente la llegada a la final del Mundial cayó como la mayor de las bendiciones sobre las calles, especialmente las de Buenos Aires. 

"Messi que estás en los cielos, bendito sea tu nombre", así rezaban algunos en el autobús camino de la Avenida 9 de Julio cada vez que pasábamos frente a uno de los miles de anuncios de todo tipo de productos que utilizan la imagen de Messi y que ahora envuelven por completo la ciudad. El viejo colectivo, como lo llaman acá, aguantaba difícilmente los botes y golpes que se propinaban en cualquier espacio al alcance de mano a la vez que se coreaban las frases que los más ingeniosos iban lanzando al aire durante el trayecto, muchas de ellas contra la selección de Brasil, con la que se guarda una gran rivalidad: "esa lluvia de mierda nos quería parar, los brasileños de mierda no paran de llorar".  Esto no era más que un anuncio de lo que esperaba en torno al Obelisco, uno de los emblemas de la ciudad.