domingo, 23 de diciembre de 2012

El encanto de Ljubljana




El traqueteo del tren adormilaba mis sentidos en las inmediaciones  de esta impronunciable ciudad situada estratégicamente entre montañas y regada por el río Ljubljanica. Pero al llegar allí, mis sentidos volvieron a su ser. Sinuosas calles vestidas de piedra. Un castillo coronando la ciudad desde lo alto de una colina, forrada de espeso bosque y cuyo acceso a pie era tremendamente difícil, especialmente ahora que la nieve se acumulaba en los rincones más precisos. Bellos y numerosos puentes arqueando el río. Atardeceres de ensueño seguidos de una mágica iluminación nocturna al caer la noche.... parece que hablase de un cuento de hadas, y es que Ljubljana podría ser el perfecto escenario para ello. Al caminar por sus calles pierdes la noción del tiempo y te adentras en un paradójico mundo de dragones y princesas, algo a lo que ayuda el hecho de que un dragón sea el símbolo de la ciudad. 



Cuatro dragones adornan las cuatro esquinas de uno de los puentes que cruzan el río, conocido como “el Puente del Dragón”. Es una de sus principales atracciones. Fue construido en 1901 y alberga dos leyendas: una sobre Jasón y sus Argonautas, que llegaron hasta aquí en su huida desde el Mar Negro, llevando consigo el Vellocino de Oro. Remontaron el Danubio, el Sava y el Ljubljanica y dieron muerte al dragón que habitaba en el río; la segunda es más popular: asegura que cuando una mujer virgen atraviesa el puente, uno de los dragones mueve su cola.

Pero no sólo podemos encontrar esto, también tenemos el Puente Triple, la Plaza de Vodnik, el Mercado Central o el parque Tívoli son otras de las opciones que Ljubljana nos ofrece, aunque esta es una de esas ciudades que no brilla por sus puntos turísticos, sino que debe disfrutarse paseándola calle por calle. 




Timea y sus tres encantadoras compañeras de piso me acogieron durante casi 3 días en su casa, me enseñaron la ciudad, me sacaron de fiesta y me dieron mi mejor experiencia en CS hasta el momento. Todas tienen la misma edad, duermen en la misma habitación, estudian en la misma universidad, salen siempre juntas. Nunca había visto una amistad como la que ellas cuatro habían creado, era algo realmente bello. Su capacidad de convivencia, su confianza mutua, la felicidad que radiaban a cualquiera que se les acercase… algo realmente admirable. Puedo decir que me llevo cuatro buenas amigas de Eslovenia a las que estoy seguro de que algún día volveré a visitar.

Eslovenia alcanzó la independencia de Yugoslavia el 25 de junio de 1991 tras la Guerra de los Diez Días, un conflicto corto y sencillo en comparación con lo vivido por el resto de países exyugoslavos, algo que seguramente sea motivo de su pacífico carácter mediterráneo. Ha sido de los últimos países en incorporarse a la UE. Lo hizo en 2004, aunque no adoptaría el euro hasta enero de 2007. Apenas tiene 20.300 kilómetros cuadrados de extensión y dos millones de habitantes, y es considerado el tercer país más verde de Europa, tras Suecia y Finlandia. Cerca del 50 por ciento de su territorio está arbolado, y los bosques se cuidan con mimo. De ahí su eslogan: "El tesoro verde de Europa".

Una vez allí contacté con la chica con la que había coincidido en el tren entre Belgrado y Zagreb (el tren de los traficantes de tabaco), y quedé con ella para comer, algo que se alargaría durante casi cinco horas de interesante conversación, pero eso lo dejaré para el siguiente post.

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