martes, 26 de junio de 2012

García-Alix, premio PhotoEspaña 2012



Hoy, después de meses sin hacerlo, me lanzo de nuevo a escribir tal y como solía hacer, divagando sobre mi presente. Y nadie sino él podía motivarme, alguien quien años atrás cambiaría ya el ritmo de mis días introduciéndome en una nueva afición. GARCÍA-ALIX, Alberto. El fotógrafo leonés que esta tarde celebrara en la Librería La Fábrica su recién obtenido premio PhotoEspaña 2012.




Escuché su voz por primera vez en el año 2008. "De donde no se vuelve" venía a llamarse la exposición con la que el Museo Reina Sofía recogía la obra y vida de este fenómeno, la palabra "artista" se le queda corta. Los largos corredores relucían de un blanco impoluto cuya luz quedaba extasiada por aquellos ventanales teñidos de blanco y negro que te transportaban a un pasado inaccesible y eterno. En palabras del propio Alix:

"En la fotografía, destino y presente sueñan en el latir de un fragmento de tiempo,
un permanente pasado.
Un permanente pasado…
No hay retorno posible.
Con las fotografías un mar de recuerdos se despierta.
Se agita. Se encrespa…
Fotos y más fotos que dejan tras de sí un eco. El eco de mis pasos.
La fotografía es un certificado de presencia... De ausencia.
La fotografía es iconografía de muerte. Está en su naturaleza.
En ella ya no somos como somos. Somos como éramos…
Ciertamente en la fotografía hay un elemento fatalista.
En cien años todos calvos. Quiero decir que una colección de retratados
es una colección de futuros cadáveres."

Futuros cadáveres. Al fin y al cabo eso es lo que somos, por mucho miedo que sintamos al pensarlo. Pero él, que tantas veces ha jugado entre la vida y la muerte, disfrutando de los excesos y cultivando su obra en ellos, no tiembla ni un instante al hacerle referencia. 

Su voz, quebrada por esos excesos más que por su edad, se sumerge en tu interior sin intención de irse... 

Sus palabras, retórica y poética al unísono, encandilan tu mente, despiertan tus deseos, juegan con tus emociones... 

Sus fotografías, turbios recuerdos, retratos envenenados, autorretratos prohibitivos, melancolía y decadencia en estado puro, reflejos de una vida "llevada por bandera", atrapan a cualquiera que a ellas se atreva a asomarse...

Tarde de San Isidro 1987

Cuatro años después lo he visto y escuchado en directo. Ha quedado atrás el proyector de aquel cuarto oscuro en el antiguo Hospital San Carlos. Ha quedado atrás la distancia temporal y espacial. Ha quedado atrás lo que fuese un recuerdo para convertirse en un presente que ya ha vuelto a ser parte de mi pasado. Pero ver su rostro tan de cerca, escuchar su voz, ver el efecto de sus palabras en quienes le rodean y en mí mismo, es algo que jamás olvidaré. 

Desde aquí quiero dar mi enhorabuena a Alberto García-Alix por ese tan merecido premio y recordar algo que tanto él como otros muchos sabemos ya, que es uno de los grandes fotógrafos que hay y ha habido dentro y fuera de nuestras fronteras. 

Y cierro aquí con unas últimas palabras suyas: 










La fotografía es un poderoso médium.
Nos lleva al otro lado de la vida.
Y allí, atrapados en su mundo de luces y sombras,
siendo sólo presencia, también vivimos.
Inmutables. Sin penas. Redimidos nuestros pecados.
Por fin domesticados… Congelados.
Al otro lado de la vida... De donde no se vuelve.


C. Dezfuli


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