viernes, 22 de febrero de 2013

Łódź: decadencia de un pasado con futuro.

Las malas lenguas tenían razón. Łódź es una ciudad fea, gris, la máxima expresión de la decadencia polaca tras la 2ªGM, el declive arquitectónico, la vejez de lo sobrevivido… Pero en esa fealdad reside un atractivo con un potencial infravalorado. Me atrevería a decir que Łódź es una pequeña Berlín en potencia que, aunque empieza a hacer pinitos, todavía necesita ser descubierta.

El peso del comunismo rompió los huesos de un país que ya había aguantado suficiente como para seguir resistiendo y provocó un sufrimiento del que todavía necesitan purgarse, a pesar del gran avance que ya puede palparse en sus calles y en sus gentes. No obstante, aquel largo parón social y cultural no se solventa de la noche a la mañana, y mucho menos cuando las principales carencias afectaban a necesidades básicas. Es por ello por lo que ahora es cuando Polonia, que ya ha superado ese primer escalón, empieza a vestirse de color, a permitirse ciertos lujos y sobre todo a explotar el potencial artístico-social que tantos años permaneció latente esperando su momento.

En Łódź se siente ese pulso, y se siente de una manera especial. Su pasado como principal ciudad industrial de Polonia ha dejado en ella unas infraestructuras envidiables. Viejas fábricas de ladrillo rojo con unos acabados exquisitos que en el pasado no fueron más que paredes en las que albergar a la clase obrera y que hoy suponen, a pesar de su abandono y al menos a mi parecer, maravillas arquitectónicas. Un parecer que creo compartir con los avispados empresarios que en los últimos años han comprado algunas de esas fábricas para convertirlas en apartamentos de lujo, lofts, oficinas o centros comerciales. Manufaktura es el escalafón de todo ello. El centro comercial más impresionante que jamás haya visto. Una antigua fábrica en la que llegaron a trabajar más de 6000 personas y que perteneció a Izrael Poznanski, uno de los empresarios judíos más ricos de Łódź cuyo poder se puede comprobar visitando el palacete en el que residía o el enorme panteón en el que fue enterrado en el cementerio judío Cmentarz Zydowski. Pero sobre todo puede verse en ese conjunto de edificios de gran belleza que hoy ocupa Manufaktura. Un enorme patio central ajardinado, zona de bares y restaurantes, hoteles, tiendas, museos, salas de exposiciones, una ciudad del cine… Parece más una pequeña aldea comercial que un simple edificio con tiendas.  Pero nada mejor que verlo en fotos (o en persona) para hacerse una idea.


El arte urbano no podía faltar en un lugar así. Esta ciudad luce unos graffitis al más alto nivel berlinense, lo que la envuelve aún más en un ambiente alternativo e innovador, en una cultura underground, en un foco de creación. La escuela de diseño y fotografía más famosa de Polonia se encuentra en Łódź, como no podía ser menos. Y a este factor se suman los variopintos cafés que comienzan a proliferar, locales de diseño, galerías de arte, discotecas, restaurantes... La calle Piotrkowska es la arteria principal del centro de la ciudad, con más de 4 km de extensión en los que se concentran las principales atracciones.  







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